Salud y medio ambiente preocupan mucho a los consumidores. Ese interés hace que las empresas que quieren aportar valor a la sociedad tengan que tener muy en cuenta la sostenibilidad del entorno, buscando el equilibrio entre eficiencia, exigencias y naturaleza.
Para el sector de la alimentación es prioritaria la construcción de una industria segura, saludable y sostenible, como suelen establecer los marcos estratégicos para este tipo de industria.
Esto va más allá del interés por mejorar la eficiencia y se adentra en la necesidad de promover una producción y consumo sostenibles.
Puede ser difícil encontrar soluciones ambientales específicas que den respuesta al compromiso adquirido con la mejora continua de la sostenibilidad ambiental.
La industria de la alimentación y bebidas está compuesta por multiples empresas con características y necesidades muy distintas entre sí, por lo que puede ser difícil encontrar soluciones ambientales específicas que den respuesta al compromiso adquirido con la mejora continua de la sostenibilidad ambiental.
De esa necesidad nació la idea de crear un punto de encuentro entre empresas de sostenibilidad medioambiental y sector alimentario, Envifood Meeting Point, que ha servido como foro en el que exponer cuáles son los cinco retos que nos planteamos en esta materia de cara a 2020.
Estos tienen como objetivo último mejorar la calidad de vida actual y futura de los ciudadanos a través de la alimentación.
1. El primero de ellos es alimentar a la población creciente en un entorno de escasez de recursos.
Todas las previsiones apuntan a que para el año 2030 será necesario aumentar en un 50% el suministro de alimentos para satisfacer las demandas de la creciente población mundial. Si continuamos con el modelo actual de producción, este incremento provocará una presión cada vez mayor sobre los ya escasos recursos naturales disponibles.
Para avanzar en la sostenibilidad de los alimentos es necesaria la mejora en cada una de las etapas de sus ciclos de la vida y la colaboración entre los agentes implicados en la cadena de valor del producto. De este modo, la industria se propone, entre otras medidas: contribuir al desarrollo de un abastecimiento sostenible de materias primas, reducir el desperdicio de alimentos, colaborar con asociaciones de consumidores e instituciones interesadas en la promoción de la sostenibilidad medioambiental y promover el cálculo de la huella ambiental de los productos.
2. El segundo consiste en gestionar el agua de forma más sostenible.
El agua es el principal factor limitante para la producción de alimentos a nivel mundial. Aunque el sector ha conseguido reducir su consumo anual en un 33% de 2006 a 2010, requiere continuar disminuyéndolo mediante la optimización de los procesos y su reutilización sin afectar a la calidad y a la seguridad de los productos, así como mejorar la calidad de los vertidos finales.
3. Mantener la competitividad industrial en un entorno de incertidumbre jurídica y dependencia energética.
España se caracteriza por tener una estructura de consumo energético con una dependencia muy elevada. Además, en el ámbito nacional hay una gran incertidumbre en cuanto al marco regulatorio de estas actividades.
La industria se marca como objetivo mejorar la eficiencia de los procesos de producción y envasado y el uso de fuentes de energía más limpias y eficientes.
4. Otro de los objetivos que la industria plantea es la mejora de la eficiencia de los procesos y mitigación del cambio climático.
Se quiere seguir reducciendo y compensando las emisiones de gases de efecto invernadero y para ello proponemos impulsar la colaboración con los proveedores para optimizar el transporte y la distribución de materias primas y productos y reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.
5. Minimizar el impacto ambiental de los envases.
En España se reciclan 7 de cada 10 envases puestos en el mercado. La industria de alimentación y de bebidas debe promover la innovación en envases más sostenibles; evitar los residuos; trabajar en el diseño y el ciclo de vida del envase y promover la mejora de los procedimientos de elaboración y presentación de informes en los Estados miembros.
Todas estas iniciativas están encaminadas a lograr un crecimiento basado en el desarrollo sostenible como respuesta al firme compromiso de la industria de alimentación y bebidas con el medio ambiente, la sostenibilidad y la sociedad.